Crucero hasta Lombok (Día 2) Dragones de Komodo
Hoy iba a ser un día muy ajetreado, ya que al planing inicial del día de hoy habría que sumarle la visita a Rinca, una isla que junto con Komodo son las más habitadas por los dragones de Komodo. Según dicen, a pesar de que los dragones llevan su nombre, es más fácil avistar a los dragones en la isla de Rinca que en la isla de Komodo.
Nos levantamos muy temprano y mientras desayunábamos en el barco, nos íbamos acercando a Rinca. A eso de las 7 de la mañana ya estábamos todos preparados en el puerto de Loh Buaya. Estuvimos esperando un rato hasta que llegó uno de los rangers del parque para acompañarnos y protegernos, hasta la oficina de tickets, y es que desde que pones un pie en la isla ya puedes toparte con algún dragón de Komodo.
Se camina durante unos 5 minutos por una senda artificial en perfectas condiciones, donde ya podemos ver algunos dragones dándonos la bienvenida, hasta llegar a la oficina del Parque Nacional y a unos bungalows donde residen los rangers.
Un consejo que podemos daros si solamente estáis interesado en ver los dragones de Komodo y no en hacer el trekking por la isla, es que puede que os interese no pagar la entrada al Parque Nacional, y quedaros en la senda y en la cafetería, donde tenéis casi asegurado la vista de la mayoría de los dragones.
En todo momento los rangers se encargan de mantener a raya a los dragones con un único palo como aliado. Se trata de un palo alargado y delgado que acaba en 2 puntas. Parece poca defensa contra el lagarto más grande del mundo, lagarto que puede llegar a los 3 metros (machos adultos) y que tiene una de las mordeduras más venenosas debido a las las miles de bacterias que tienen en su boca.
El coste de la entrada al Parque Nacional de Komodo se calcula de la siguiente forma:
Entrada al Parque Nacional | 150.000 IDR por persona y día |
Impuesto de Turismo | 50.000 IDR por persona |
Ranger | 80.000 IDR por grupo de hasta 5 personas |
Impuesto Trekking | 5.000 IDR |
Con dos guías, con sus dos palos correspondientes, nos adentramos en la isla para realizar un trekking suave de casi 2 horas. Los guías insisten en que no nos separemos del grupo y que estamos en una isla salvaje y con animales salvajes, no en un zoo por lo que es posible que veamos o no veamos a los dragones.
Lo que nos llama la atención es el secarral que vemos, hay árboles pero toda la vegetación baja está seca y amarilla, nada que ver con las isla de Flores. Durante el recorrido no vimos ningún dragón de Komodo, pero al menos vimos algún que otro Kiwi.
Al volver al punto inicial pudimos ver bastantes dragones tumbados a la sombra, cerca de la cafetería. Allí vemos bastantes dragones, ya que es donde suelen esperar las sobras de la comida. El ranger controla que nadie se acerque más de la cuenta mientras se hacen fotos.
Parecen animales muy perezosos, tirados a la sombra todo el día y con movimientos muy lentos, pero si quieren correr, corren. De hecho, son muy veloces. De jóvenes también son bastante ágiles. Las crías por ejemplo viven en los árboles hasta los 3 años debido a la costumbre que tienen los adultos de ser caníbales.
Pink Beach
Manta Point
gili laba
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